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Ocho en punto

Tareas propias, ajenas e intrusas: la importancia de decir(te) «NO»

Todos sin excepción nos enfrentamos cada semana a una lista de tareas que debemos llevar a cabo. Dependiendo del origen de dichas tareas, podemos clasificar el trabajo en dos grupos: «tareas propias» y «tareas ajenas».

En el primer grupo de tareas encontraremos compromisos que adquirimos con nosotros mismos y, en este caso, en nuestra mano está no solo establecer el grado de implicación e inversión en tiempo, sin también la decisión de aceptarlo o no. Cuando llegan tareas autoimpuestas, de vez en cuando hay que saber «decirte no» (sí, a uno mismo). Del segundo grupo de acciones, que podemos llamar «tareas ajenas» por venir impuestas o propuestas por otros (jefe, compañero de departemento, etc.), también está en nuestra mano aceptar el compromiso, o, si no hay más remedio, al menos aceptarlo con condiciones. Desde luego no a cualquier precio. Cuando llegan tareas de este tipo, también hay que saber «decir no».

Para garantizar una buena gestión de las tareas, es fundamental contar inicialmente con un sistema limpio de compromisos innecesarios y «tareas intrusas», centrándonos en lo importante y quedándonos solamente con lo que realmente suma en nuestro trabajo. «Decirte no» y «decir no» es el mejor de los comienzos.

Las notificaciones en tu smartphone: una relación de amor/odio

Gran parte de las interacciones cortas con el smartphone se deben a las notificaciones. Normalmente consultamos el móvil porque una alerta visual, sonora o vibrante capta nuestra atención y nos avisa de una actualización en nuestras redes sociales, de la recepción de un nuevo correo electrónico o de la entrada de una llamada telefónica, entre otras decenas de posibilidades. El artículo presenta tres reglas básicas para hacer de las notificaciones una función útil en nuestro smartphone.

El octaedro ZEIº: una solución minimalista para registrar y controlar tu tiempo

ZEIº es un dispositivo con forma de octaedro y se presenta como una solución fácil y precisa para el registro del tiempo que invertimos en distintos proyectos. Ocho lados de un poliedro para ocho tipos de actividades diferentes.

¿Dónde están los minutos que te faltan al final del día? 14 rincones donde encontrarlos y atraparlos

Hoy te habías propuesto terminar todas tus tareas a las 18h. Según tu planificación y tus rigurosas estimaciones, incluso antes. En un mundo mágico de colores, la tarde se presentaba despejada, libre de compromisos de trabajo, perfecta para acomodarte en el sofá de casa leyendo un libro, dar un paseo o tomar algo con unos amigos. Sin embargo, son más de las 20h y estás pegado a la silla de la oficina. Entonces dices que la tarde se te ha partido. Y la merecida desconexión diaria se esfuma. Los segundos suman minutos y los minutos horas. El día tiene 24 horas: unas son para trabajar y otras para descansar. En muchas ocasiones, sacarle minutos al día está en nuestra mano.

15 minitareas productivas que hacer mientras esperas tu turno

El mundo se divide en tres grupos de personas. Unas son las que esperan hipnotizados mientras el pan se hace en la tostadora. Otras son aquellas que dedican esos segundos de espera a otras tareas: preparar un zumo, poner azúcar al café o consultar el timeline en Twitter. Puede parecer un ejemplo absurdo, pero algo dice de aquellos que caen en un grupo o en el otro. En cualquier caso, el susto de infarto cuando las tostadas deciden dar el salto mortal será siempre inevitable, sea cual sea el grupo al que pertenezcas. Las personas del tercer grupo sencillamente no tienen tostadora o no la utilizan. De segundos y minutos improductivos (y cómo cambiar eso), trata precisamente este artículo.