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Ocho en punto

12 meses, 12 hábitos: un reto en 2025

Tiempo de lectura: 8 minutos

Un año más, retomo el reto de desarrollar 12 hábitos en 12 meses. Muchas personas señalan en su calendario el 1 de enero como el inicio de algún cambio importante. Sin embargo, yo prefiero septiembre para plantearme propósitos, proyectos personales y cambios de hábitos. Más por tradición que por profesión, siempre he sentido que mi año comienza con el curso académico. En realidad, cualquier momento del año es adecuado, pero es cierto que el inicio del nuevo año puede ser la excusa perfecta. ¿qué retos tienes en el 2025?

He preparado para el reto algunos documentos que ya puedes descargar. Lee el artículo hasta el final para conocer en detalle las 12 reglas y algunas recomendaciones.

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Nuevos hábitos y nuevas lecturas

Siempre es buena idea retomar hábitos perdidos, cambiar otros y adquirir algunos nuevos. Diciembre es un buen momento para revisar estas cuestiones a fondo como parte de la preparación para los próximos doce meses. Personalmente, suelo dedicar un tiempo a crear una lista sencilla con los hábitos que quiero desarrollar, modificar, eliminar o mejorar, y escribo algunas ideas sobre cómo planeo hacerlo. En esta lista incluyo los hábitos que quiero adoptar, especifico la frecuencia con la que los llevaré a cabo y los organizo según su periodicidad: algunos son diarios y otros, semanales

Al reflexionar sobre ello, nos damos cuenta de que hemos adquirido muchos hábitos a lo largo de nuestra vida. Algunos son positivos, otros menos beneficiosos, y, por supuesto, también los hay negativos, incluso muy perjudiciales. Lo importante es aprender a sustituir esas malas prácticas por otras que favorezcan nuestra salud, nuestra organización personal, nuestro trabajo o nuestras relaciones familiares y sociales. Hay muchos ámbitos que no deberíamos dejar de lado.

Una planificación demasiado estricta para desarrollar nuevos hábitos suele llevar al fracaso y al abandono. Por eso, siguiendo la premisa de que «menos es más», resulta mucho más efectivo elegir unos pocos hábitos y trabajar en ellos de manera progresiva, con flexibilidad al aplicarlos.

Además, recomiendo acompañar estas nuevas prácticas con alguna lectura sobre el tema. Hábitos atómicos de James Clear es uno de los libros más interesantes que he leído sobre la formación de hábitos. En él, el autor explica cómo pequeños cambios en nuestras rutinas pueden generar resultados extraordinarios. En la sinopsis podemos leer:

A menudo pensamos que para cambiar de vida tenemos que pensar en hacer cambios grandes. Nada más lejos de la realidad. Según el reconocido experto en hábitos James Clear, el cambio real proviene del resultado de cientos de pequeñas decisiones: hacer dos flexiones al día, levantarse cinco minutos antes o hacer una corta llamada telefónica.

Clear llama a estas decisiones “hábitos atómicos”: tan pequeños como una partícula, pero tan poderosos como un tsunami. En este libro innovador nos revela exactamente cómo esos cambios minúsculos pueden crecer hasta llegar a cambiar nuestra carrera profesional, nuestras relaciones y todos los aspectos de nuestra vida.

También es conocido el libro de Charles Duhigg: «El poder de los hábitos». El autor presenta los descubrimientos científicos que explican por qué existen los hábitos, cómo nos condicionan y cómo cambiarlos. Según Duhigg, «la clave para hacer ejercicio con regularidad, perder peso, ser más productivo y conseguir el éxito consiste en entender el modo en que funcionan los hábitos».

Quizá, el hábito de leer (o releer) puede ser uno de los 12 que quieras incorporar este año, ya sea leyendo un número de páginas o durante un tiempo determinado cada día. Y puedes empezar, por ejemplo, con algún libro sobre el desarrollo de hábitos.

12 meses, 12 hábitos

Durante este año vuelvo a proponer el reto de trabajar 12 hábitos durante 12 meses siguiendo 12 reglas muy concretas. En esta ocasión todos son hábitos diarios y el objetivo no es otro que poner en práctica los 12 cada mes, siempre permitiendo cierto margen. Sin embargo, cada mes estará dedicado a un hábito concreto que deberé cumplir a diario sin excepción.

Comento a continuación las 12 reglas que planteo en el reto y que permiten definir y concretar los hábitos, así como hacer un correcto seguimiento:

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Cómo mantener el orden físico: 8 hábitos infalibles

Tiempo de lectura: 3 minutos

El caos puede colarse fácilmente en nuestras vidas si no estamos preparados para combatirlo. La falta de orden físico no solo afecta nuestro entorno, sino también nuestra productividad y bienestar general. Para evitar que el desorden se apodere del espacio vital, es crucial adoptar hábitos de organización.

Comparto en esta ocasión ocho prácticas esenciales para mantener el orden físico en casa o en el trabajo.

1. Planificar el orden

La clave para mantener el orden comienza con una planificación efectiva. Decir «ya lo haré» o «debería hacerlo» no es suficiente. Necesitamos un plan concreto y acciones definidas. Hay que empezar a eliminar frases que empiecen por «hay que». En lugar de ello, conviene establecer metas concretas y un calendario realista. Un plan sólido proporciona una guía clara sobre qué hacer y cuándo hacerlo.

2. Menos es más

El desorden a menudo se acumula debido a la reticencia a deshacernos de cosas innecesarias. Debemos aprender a distinguir entre lo esencial y lo superfluo. Una solución muy eficaz es deshacernos de elementos que no hayamos utilizado en los últimos meses. Despejar el espacio de objetos innecesarios no solo crea un entorno más limpio, sino que también facilita la organización y la búsqueda de lo que realmente necesitamos en algún momento.

3. El compromiso de ordenar

La organización no debería ser una tarea ocasional, sino un compromiso regular. Lo que siempre funcionar es definir bloques de tiempo en la agenda semanal para dedicarlo exclusivamente a ordenar. Este hábito ayuda a prevenir la acumulación descontrolada y a mantener el espacio en un estado constante de orden. Al asignar tiempo regularmente, evitamos que las tareas de organización se acumulen hasta convertirse en una montaña insuperable.

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Automatización con Power Automate: cómo transformar publicaciones de Teams en tareas de Microsoft To Do

Tiempo de lectura: 4 minutos

Muy pocas veces pasa uno por Teams simplemente para saludar. Si se comparte una publicación es porque hay algún tipo de tarea asociada y, en general, siempre hay que hacer algo al respecto. No todas las publicaciones de Teams son una tarea, pero la experiencia me dice que si alguien dedica un tiempo a escribir un mensaje es por alguno de los siguientes motivos:

  • Quiere comunicar algo, y seguramente habrá que hacer algo al respecto.
  • Quiere pedir opinión sobre algo, y deberíamos hacer algo al respecto.
  • Quiere organizar algún asunto, y obviamente habrá que revisar la información y hacer algo al respecto.
  • Quiere directamente repartir tareas en un equipo, y no queda más remedio que consultar nuestra parte y hacer algo al respecto.
  • Quiere simplemente destacar un logro o celebrar un éxito, y aquí también deberemos hacer algo respecto, como simplemente agradecer.

Microsoft Teams y Microsoft To Do

Entiendo que muchos no vean todavía los beneficios de recibir automáticamente una nueva tarea en un programa cuando alguien comunica algo en otro. Quizá sea porque no utilizan (todavía) de forma sistemática un gestor de tareas a diario, o simplemente no usan tal cosa. Sin embargo, si uno es persona de hábitos que realiza una revisión diaria de tareas, valorará ahorrar tiempo comprobando información procedente de otros canales (Teams, por ejemplo).

Microsoft Teams se ha convertido en una herramienta habitual de trabajo y colaboración virtual en muchas empresas y también en muchos centros educativos. En mi día a día como docente, la utilizo como aula virtual para compartir recursos y realizar actividades. Es un software que ha evolucionado de forma espectacular en los últimos años y cada semana nos llegan noticias de alguna novedad en la plataforma. Explicar el potencial de esta herramienta requeriría varias series de publicaciones. Como sucede últimamente con la IA, siempre sale algo nuevo.

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Gestión de tareas: ¿integral o por ámbitos? Mi experiencia con Microsoft To Do

Tiempo de lectura: 4 minutos

Qué me perdone David Allen, pero ahora utilizo dos herramientas diferentes para administrador mis tareas y proyectos. Hace algunos meses decidí empezar a utilizar Microsoft ToDo para organizar exclusivamente las tareas de trabajo. Sin embargo, no he abandonado la aplicación Things, donde sigo poniendo en orden las tareas y proyectos personales. Y tengo mis motivos.

¿Gestión integral o por ámbitos?

A veces hay que experimentar nuevas formas de organizarse y eso he hecho, con resultado positivo, por cierto. Quizá ya no puedo afirmar que utilizo de forma estricta la metodología GTD de Allen, porque seguramente emplear ahora dos herramientas para organizar mis tareas incumple alguno de los principios de una gestión integral de las tareas. Sinceramente, qué más da.

Reconozco las bondades del método GTD y tratar todos los proyectos (no importa si de ámbito personal o laboral) en el mismo lugar y empleando la misma herramienta, tiene claros beneficios. Así lo he hecho durante mucho tiempo y doy fe de ello. Sin embargo, a veces hay que poner en la balanza los pros y contras de saltarse algunas reglas para ser más flexible. En esta ocasión, el balance ha sido claramente positivo en favor de separar tareas personales de las del trabajo. Hacerlo, de hecho, ha tenido las consecuencias que ya pude intuir.

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Objetivos con impacto y una varita mágica

Tiempo de lectura: 3 minutos

Con el nuevo año llegan nuevos proyectos y buenos propósitos para llevarlos a cabo. Y quienes no piensan en objetivos para el año que empieza, estoy seguro de que al menos hacen balance del año que termina. En cualquier caso, es inevitable pensar un poco en ello. Otra cuestión es que nos sentemos frente a una hoja en blanco para dejarlo por escrito.

Personalmente, en los últimos años he ido abandonando el ritual de revisión en profundidad del año que dejábamos atrás. Hacerlo es interesante, pero costoso, como lo es también planificar a conciencia los objetivos para los próximos 12 meses. Es un proceso al que dedicaba bastante tiempo y que, por supuesto, sigo recomendando. Sin embargo, en mi caso particular, fui comprobando que no tenía demasiado impacto. En cuestiones de organización personal, conviene seleccionar bien dónde invertimos el tiempo y ser consciente de la relación coste-beneficio. El exceso de organización o planificación requiere tiempo y no siempre permite avanzar (o empezar).

Como decía, con la entrada del nuevo año, es inevitable reflexionar un poco sobre lo que ha sucedido en los últimos meses. Tampoco es fácil no pensar en los meses que tenemos por delante, qué haremos y qué dejaremos de hacer. Y para ello, a mí me basta con una hoja en blanco. Este año lo hice el 2 de enero en una cafetería y solo necesité un par de columnas en una página de una pequeña libreta. Anoté en ella solo algunas palabras con proyectos, frentes abiertos, temas que son muy importantes para mí y, por qué no, una pequeña lista de deseos. En definitiva, objetivos con diferentes grados de prioridad.

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