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Un tercer alto en el camino: 150 artículos sobre organización personal

En esto de escribir, es cierto que los números no importan; a mí, desde luego, no me importan. Sin embargo, alcanzar cualquier meta es siempre una buena excusa para hacer una parada, mirar hacia atrás y echar un vistazo al camino recorrido. Me detuve cuando escribí 50 artículos en el blog y también cuando llegué al centenar. Ahora es momento de hacer balance después de añadir otras 50 reflexiones al blog.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Es cierto que los números no importan; a mí, desde luego, no me importan. Sin embargo, alcanzar cualquier meta es siempre una buena excusa para hacer una parada, mirar hacia atrás y echar un vistazo al camino recorrido. Me detuve cuando escribí 50 artículos en el blog y también cuando llegué al centenar. Ahora es momento de hacer balance después de añadir otras 50 publicaciones al blog.

No diré aquello de que he llegado hasta este punto sin apenas darme cuenta o que, como quien no quiere la cosa, este es el artículo número 150. Para revisar todo el contenido del blog, tendría que dedicar unas cuantas horas a leer más de 160 000 palabras (como dos o tres libros). Detrás de cada publicación hay trabajo que no es trabajo, porque escribo por placer, para aprender y para compartir. Estos son mis motivos, estrictamente en ese orden. Escribo sobre lo que me interesa en cada momento, en función del tema que necesito aclarar o de aquello en lo que quiero profundizar.

Esta ilustración de PJ Milani refleja a la perfección la función de escribir para aclarar las ideas. Darle forma a un artículo obliga a pensar, leer y aprender.

 

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Me gusta el mundo de la organización personal, la productividad y la tecnología que nos hace la vida un poco más fácil. Y este blog es el lugar donde pongo en orden muchas ideas. Escribir permite la reflexión pausada, un virtud que se está perdiendo en favor de otras plataformas y formatos donde prima el contenido visual, breve, a veces superficial, instantáneo y por supuesto con un impacto mucho más directo, pero no más profundo.

Si alguien quiere incorporar un nuevo hábito, siempre recomiendo escribir. Además de ser liberador, permite centrar la atención en este mundo cada vez más lleno de distracciones. Cuando escribo solo escribo y muy pocas veces estoy pensando en otras cosas. Con la lectura, en ocasiones la mente vuela a otros asuntos que nada tienen que ver con las líneas que estamos leyendo. Sin embargo, la escritura es una de las pocas actividades (el ajedrez es otra) que me obliga a centrar la atención.

Además, escribir puede ayudar a otros. Esta ilustración de Jun Han Chin explica muy bien dos de los motivos por los que sigo creando y compartiendo contenido en Internet. Lo hago desde hace años también en mi blog Esfera TIC con contenidos sobre educación y TIC, y también en mi web personal.



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Y si realmente te gusta lo que escribo y quieres apoyar este proyecto, puedes invitarme a un café en Ko-fi o colaborar en Patreon.

Fotografía | Reflexión

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