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Categoría: Métodos

Herramientas, métodos y enfoque

Tiempo de lectura: 5 minutos

En unos días despedimos el mes de agosto. Esto significa la vuelta (oficial) al trabajo en unos días y que el inicio de curso asoma por la esquina. Para muchos (que levanten la mano los docentes), el nuevo año lo marca el calendario académico. Esto es así. Y lo importante es organizar un buen (re)inicio de curso.

Con el nuevo curso, llegan también nuevos artículos a este blog, después del tiempo de desconexión suficiente (y necesario) para volver con energía y escribir dejar de vez en cuando algunas líneas por aquí. La parada técnica significa que he estado en otros asuntos y eso, casi siempre, es buena noticia.

Con este post reconecto con el blog y, sobre todo, con quienes lo leéis. Os cuento en qué punto estoy en términos de organización personal, de métodos y de herramientas. Y aprovecho también para compartir algunas novedades, recursos y recordatorios. ¡Ya estamos de vuelta!

Fiel a la herramienta (no sin tentaciones)

El verano siempre da de sí y además es buen momento para explorar nuevas aplicaciones de organización personal. Hacerlo durante el curso es peligroso porque si uno encuentra algo nuevo interesante que justifique el cambio, el proceso de migrar de un sistema a otro puede resultar dramático. En previsión de que la cosa se complique, paradójicamente, mejor en tiempo de vacaciones, si realmente tenemos más tiempo y calma para ello.

He tenido oportunidad de probar a fondo algunas herramientas, sobre todo de administración de tareas y de gestión del calendario, los dos elementos esenciales de organización. No siento la necesidad de cambiar; simplemente me gusta conocer las nuevas ideas que salen al mercado. Confieso que la tentación de empezar con algo nuevo siempre acaba apareciendo, pero si uno es responsable y reflexiona lo suficiente, la mayoría de veces el cambio no merece la pena. Quién sabe si finalmente llega el diseño ideal de programa que integra todas las funciones que uno necesita. Ojalá, pero sabemos que tal cosa no sucederá.

He jugado un poco con TickTick y Sorted³, y de nuevo con Microsoft To Do y TeuDeux, que ya había utilizado.

Pon a dieta tu lista de tareas: 8 recetas muy saludables

Tiempo de lectura: 4 minutos

Reducir la lista de cosas que hacer es fácil. Dejar de alimentarla continuamente depende también de nosotros. Echamos la culpa a los demás por todo el trabajo que tenemos por hacer, pero buena parte de las tareas de nuestra lista las hemos puesto nosotros ahí.

Para poner a dieta nuestro checklist solo hay que prestar atención a las tareas que llegan (porque no todas lo son), respetar nuestro tiempo (recordemos: limitado) y, en general, aprender a cuidar y organizar mejor los proyectos que sí son nuestra responsabilidad.

1. Apunta solo tareas

Este primer consejo puede parecer una obviedad, pero es un error que repetimos constantemente sin darnos cuenta. Muchas veces, caen en nuestra bandeja de entrada tareas que no lo son. En principio, no debería suponer mayor problema, porque cuando procesamos este inbox de tareas, convertimos esa «cosa» que todavía está por definir en algo parecido a una acción realizable, una tarea. El problema aparece cuando una simple anotación o idea no pasa este filtro correctamente y se cuela en nuestro sistema de organización.

Para evitar estas tareas intrusas, tan solo hay que prestar más atención y utilizar la herramienta adecuada. Utiliza tu administrador de tareas (aplicación o papel) exclusivamente para apuntar lo que realmente tienes que hacer, y usa otras herramientas para anotar lo que simplemente son notas o ideas.

2. Aprende a decir «no»

Este ya es todo un clásico. La teoría la sabemos, pero ponerlo en práctica, por lo que sea, no es tan sencillo. No podemos complacer a todo el mundo; es imposible (ni debemos) atender todas las peticiones, ni hacer todos los favores. Posiblemente no tendremos más remedio que atender algunos compromisos, pero otros serán perfectamente evitables.

Aprender a decir que no es todo un arte, pero solo requiere práctica. La primera vez cuesta, la segunda no tanto y a la tercera va la vencida. Y los efectos son inmediatos en nuestra lista de tareas. Con cada «no», desaparece una tarea de nuestra lista. Realmente nunca llega a entrar. Di no.

En busca de la comunicación efectiva: ¿chat o correo electrónico?

Tiempo de lectura: 3 minutos

Aunque algunos no lo crean (mis alumnos, por ejemplo), el correo electrónico se inventó antes que Internet. Fue en los años 60 y décadas más tarde, cuando esta forma de comunicación se popularizó con Internet, afortunadamente, todo todavía podía esperar un poco (las conexiones tampoco nos daban otra alternativa). Y esperábamos, con el preciado don de la paciencia, porque esa era la filosofía del e-mail: yo te envío algo y tu lo lees cuando puedas. Y qué ilusión recibir y abrir el mensajito. Hoy, todo son prisas.

¿Cuándo dejó de ser el chat un sistema de comunicación síncrono? Pero sobre todo, ¿cuándo dejó de ser el correo electrónico un medio de comunicación asíncrono? ¿En qué momento se ha desmontado algo que funcionaba tan bien? De los medios esperamos que evolucionen, pero deberíamos redefinir entonces el propósito de cada canal de comunicación.

Todos caemos alguna vez en la trampa de utilizar el canal incorrecto para comunicar algo. El objetivo es minimizar estos errores y lograr una comunicación menos intrusiva y, sobre todo, más efectiva, seleccionando bien lo que comunicamos y por qué canal lo enviamos.

El correo electrónico: el gran olvidado

Tradicionalmente, el correo electrónico ha sido un canal de comunicación asíncrono. Y debería seguir siéndolo. Es cierto que pocos lo utilizan para comunicar a un amigo algo personal y que no tiene demasiada urgencia, salvo que no dispongan de su número de teléfono y entonces no haya otro canal alternativo. El e-mail sigue siendo el rey en buena parte de los entornos profesionales. En esta categoría también caería cualquier sistema de mensajes o correo interno (no instantáneo) de la empresa, que no tiene por qué ser el correo electrónico tradicional.

5 formas de salir del bloqueo productivo

Tiempo de lectura: 3 minutos

Hay días que no. En ocasiones, no logramos ir ni hacia adelante para avanzar ni hacia atrás para rectificar. Algunos días nos atascamos, sin más.

Los motivos de estos atascos productivos suelen ser el exceso de trabajo, la falta de concentración o la nada deseable combinación de ambos. Cuando llegamos un callejón sin salida, en primer lugar, hay que parar y replantear la estrategia de trabajo.

Hay algunas acciones que podemos realizar para intentar desatascar la situación. En ocasiones, nuestra cabeza solo necesita algo de claridad, un hilo del que tirar o un simple cambio de aires.

1. Elige la ruta correcta

Organizar desatasca. Quizá el bloqueo procedía de alguna cuestión que no estaba como debía estar. El orden físico a nuestro alrededor y la organización de nuestras tareas diarias son fundamentales para quedarnos atascados. Un buen entorno de trabajo y una hoja de ruta bien definida son claves para trabajar de forma efectiva.

Una buena práctica es preguntarnos con más frecuencia si hemos hecho la elección correcta de la tarea que haremos a continuación. ¿Es lo que debería estar haciendo en este momento? Hay momentos del día que son más adecuados para tareas que requieren cierto nivel de concentración y hay otros rincones del día que podemos emplear para acciones más mecánicas. Elegir bien en este sentido evita muchos bloqueos.

Las reglas de los 0, 2, 5 y 25 minutos

Tiempo de lectura: 5 minutos

En ocasiones relacionamos los métodos de organización personal con la idea de planificar, definir objetivos y otras cuestiones que tienen que ver con «preparar el terreno», de anticiparnos a las tareas para trabajar luego de la forma más efectiva. Seguramente nos cueste reconocerlo, pero todos sabemos que en muchas ocasiones nos enredamos en cuestiones de organización simplemente porque no nos apetece ponernos manos a la obra. Una forma de procrastinación como cualquier otra.

Planificar es fundamental, es cierto, pero realizar las tareas de forma efectiva también lo es. Nuestra función en cualquier ámbito de responsabilidad no es solo organizar las tareas pendientes, sino empezarlas y terminarlas. Existen pequeños (pero efectivos) trucos para mejorar nuestra productividad en esta fase de «hacer las cosas».

La regla de los 0 minutos: elimina o delega

Personalmente, creo que es la regla más fácil de entender, pero a la vez la más difícil de aplicar. En pocas palabras, se trata de no hacer, por lo que no debería entrañar demasiada dificultad ponerla en práctica. Fundamentalmente hay dos formas de no hacer algo: delegar o eliminar la tarea. Me gusta pensar en ella como la regla de los 0 minutos:

  1. Eliminar la tarea. La primera opción pasa por tomar la firme decisión de no hacer la tarea y eliminarla de nuestro sistema de organización. Se trata de eliminar una tarea que ya estaba en nuestra lista y que decidimos, por el motivo que sea (prioridades, cambio de planes, etc.) que ya no es necesario realizarla. De hecho, podemos mejorar la técnica si decidimos no hacer algo incluso antes de que llegue a nuestra lista de tareas.
  2. Delegar la tarea. La segunda opción es delegar la responsabilidad de hacer la tarea. Sin embargo, ya sabemos que delegar un trabajo implica también cierta labor de seguimiento por nuestra parte, y por tanto también de responsabilidad. El objetivo de delegar es que no tengamos que hacer el grueso de la tarea. Lógicamente, si hacemos más del 75% de la tarea, no estamos delegando realmente. Lo ideal es minimizar nuestra parte del porcentaje a meras acciones de supervisión.

Probablemente, la regla de ls 0 minutos es una de las técnicas más efectivas para mejorar nuestra productividad. ¿Qué hay más efectivo que eliminar un compromiso o asignarlo a otra persona? Por supuesto, debemos intentar aplicar esta regla siempre que sea posible.

 

La regla de los 2 minutos: hazlo ahora

La regla de los 2 minutos es bien conocida por todos los que ponemos en práctica el método de organización personal GTD de David Allen, Getting Things Done.