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Categoría: Estilo de vida

Cuestión de principios: 14 ideas para el trabajo diario

«Estos son mis principios y, si no le gustan, tengo otros». Esta frase atribuida a Groucho Marx (leyenda urbana, por cierto) seguramente la comparten quienes, según sopla el viento, reemplazan sin pestañear unos principios por otros. Es cierto que nuestras reglas para la vida cambian a medida que crecemos, pero traicionar nuestros principios por un interés particular no es el camino.

Yo intento que una serie de ideas me acompañen cada día. Tres o cuatro incluso por escrito. Para mí es importante tener presentes ciertos principios y consejos. No siempre lo consigo. Unos pocos son fruto de la experiencia, sobre todo de los errores; otros son sabias recomendaciones de personas que saben muy bien de lo que hablan.

A veces trabajamos por inercia y ponemos todo nuestro empeño en mejorar la forma en que hacemos una determinada tarea, bien para ser más productivo o bien para que encaje mejor en el resultado que alguien espera de ella. Sin embargo, no pensamos si esa tarea que tenemos entre manos la estamos haciendo según nuestros estándares, según nuestros principios. Ni siquiera nos planteamos si realmente debería estar en la lista de cosas que hacer. Como siempre se ha hecho así…

Antes de tomar decisiones sobre cualquier asunto, podemos contar hasta diez y hacer un repaso mental a nuestros principios. Antes de convocar una reunión, antes de escribir un texto, antes de desaprovechar un par de minutos, antes de entrar en tus redes sociales, antes de ponerte con una tarea «urgente», antes de cambiar de herramienta, antes de refunfuñar o antes de improvisar, revisa tus principios.

Los que comparto aquí son recordatorios en segunda persona, porque así pienso en ellos cuando tengo una reunión conmigo mismo para revisarlos. Comparto aquellos principios, máximas y consejos que guardan relación con el tema de este blog: trabajo, organización y productividad. Y son personales, pero quizá sirvan a alguien para elaborar su propia lista.

Youtubers y productividad (II): el proyecto de Soriano Tech

Hace un tiempo, me pareció buena idea empezar a compartir el trabajo de algunos youtubers que dedican su canal a cuestiones de productividad y organización personal y que tratan estos temas desde una perspectiva más tecnológica, en la línea de contenidos de este blog. Empecé con Thomas Frank, conocido y reconocido youtuber estadounidense.

En Internet hay ya una desbordante oferta de contenidos sobre cómo organizarse mejor con tal o cual aplicación. Afortunadamente, el medio escrito se mantiene y todavía podemos suscribirnos a blogs que dedican sus líneas a hablar sobre metodologías y herramientas para mejorar nuestra productividad. También es verdad que se han incrementado los intentos de muchos en YouTube por compartir este tipo de contenidos. Una simple búsqueda con palabras clave como Notion, organización, iPad, apps o productividad, darán como resultado cientos de vídeos en los que alguien intenta explicar, con mayor o menor éxito, cómo usar una aplicación o un método para ser más productivo. Tengo la sensación de que han proliferado los contenidos sobre organización personal, sobre todo en formato audiovisual, en particular en YouTube. Y hay que filtrar, no todo es bueno.

Si buscamos claridad y sencillez en la exposición, pero también calidad y sentido estético en la realización, hoy vengo a recomendaros el canal Soriano Tech. Su creadora, que ahora mismo vive en Helsinki, presenta su proyecto como un canal sobre tecnología, productividad y estilo de vida. Un canal muy interesante para seguir aprendiendo sobre la utilización de muchas herramientas para mejorar nuestra organización personal. Y en español.

Organización personal y productividad: 25 lecciones (re)aprendidas

Leer y escribir sobre organización personal y productividad me permite precisamente poner en orden algunas ideas. Hay muchas cuestiones que me interesan, especialmente relacionadas con la organización o con ciertos métodos de trabajo, y que uno ha asumido siempre como verdades inalterables. Sin embargo, leyendo en diversas fuentes distintos puntos de vista y reflexionando por escrito en este blog sobre las otras formas de hacer y organizar, sigo aprendiendo nuevas lecciones o confirmando otras que ya había asimilado. Y siempre llego a la conclusión de que tenemos la obligación de evaluar y reconsiderar constantemente nuestra forma de hacer y de pensar.

Algunos reflexionan sobre estos asuntos cuando el año va llegando a su fin, y según haya ido, basándose en las lecciones aprendidas, elaboran una lista infinita de buenos propósitos de Año Nuevo. Otros (muchos profesores) preferimos hacer este balance cuando el curso académico termina.

He intentado resumir en 25 puntos algunas lecciones aprendidas (otras reaprendidas o confirmadas) sobre organización personal, sobre productividad, sobre los procesos de aprendizaje, sobre las personas, sobre el tiempo, etc. Estas lecciones son las mías, quizá algunas sean erróneas o alguien no esté de acuerdo con ellas. Pero son mis 25 lecciones, una reflexión personal que suelo escribir en privado, pero que en esta ocasión me apetecía compartir:

Dos pasos atrás para mirar con perspectiva

No dejes que un mal día te distraiga de todo el progreso que has hecho hasta ahora. Esta ilustración de Liz + Mollie nos recuerda la importancia de analizar cada proceso con perspectiva, porque en muchas ocasiones, el balance final es lo que importa.

Cuando alcanzamos nuestro objetivo, la satisfacción que sentimos suele acabar difuminando aquellos días en los que no conseguimos avanzar.

Cuando completamos un proyecto de cierta envergadura, las jornadas en las que no cumplimos con las tareas, los errores puntuales que cometimos y los pasos atrás que tuvimos que dar pasan a un segundo plano. Decimos, muy acertadamente, que eran parte del aprendizaje.

No permitas que un día improductivo eche por tierra el trabajo de meses.

Necesitamos datos para poder hacer correctamente balance del progreso. Y un día no es suficiente. Además, a veces es necesario un día malo para corregir la dirección. Hacer balance es dar un paso atrás para poder mirar el problema (el proyecto) con perspectiva.

12 meses, 12 hábitos, 12 reglas [2020/2021]

Por segundo año, vuelvo con el reto de desarrollar 12 hábitos durante 12 meses. El año pasado os contaba que yo soy de septiembre y que, aunque muchos prefieren marcar en su agenda el 1 de enero como el primer día de un periodo de 12 meses, yo, sin embargo, prefiero septiembre para empezar con propósitos, proyectos personales y cambios de hábitos. Más por tradición que por profesión, mi año empieza con el curso académico. En septiembre es cuando llego con las pilas cargadas, con energía suficiente para dar forma a esas ideas que he ido esbozando durante el verano.

Nuevos hábitos y nuevas lecturas

Especialmente este año no debe ser una excepción. Estamos viviendo un 2020 realmente complicado, pero quizá septiembre sea un buen momento para intentar, en la medida de lo posible, volver a retomar algunos hábitos perdidos, cambiar otros y adquirir algunos nuevos. Con ello quizá consigamos poner algo de normalidad allí donde más falta hace.

Agosto o principios de septiembre suele ser el tiempo en el que suelo revisar a fondo estas cuestiones como parte de la preparación de los siguientes doce meses. Básicamente dedico un tiempo a confeccionar una lista muy simple con aquellos hábitos que me gustaría desarrollar, cambiar, eliminar o mejorar y dejo por escrito algunas ideas sobre cómo pretendo ir haciéndolo. Suelo anotar la lista de hábitos con los que conviene comenzar y decido la frecuencia con la que voy a llevar a cabo cada uno de ellos. Porque hay hábitos diarios y otros de carácter semanal.

Si pensamos en ello, son muchos los hábitos que hemos adquirido en nuestra vida. Unos son buenos hábitos, otros no tan positivos e inevitablemente también los hay malos, o muy malos. Lo importante es que, con el tiempo, seamos capaces de sustituir las malas prácticas por otras mejores para nuestra salud, nuestra organización personal, nuestro trabajo o nuestras relaciones familiares y sociales. Veremos que hay muchos ámbitos que merece la pena no dejar fuera.

Una planificación muy estricta para el desarrollo de hábitos suele desembocar en fracaso y abandono. Así que con la idea de que «menos es más», siempre es mucho más efectivo seleccionar unos pocos hábitos y trabajar a fondo con ellos de forma progresiva y siendo flexibles al ponerlos en práctica.

Siempre recomiendo acompañar estas nuevas prácticas con alguna lectura sobre el tema. «Hábitos atómicos» de James Clear es uno de los últimos libros que he leído sobre este interesante mundo de los hábitos. El autor explica cómo pequeños cambios en nuestras rutinas pueden dar resultados extraordinarios. En la sinopsis podemos leer:

A menudo pensamos que para cambiar de vida tenemos que pensar en hacer cambios grandes. Nada más lejos de la realidad. Según el reconocido experto en hábitos James Clear, el cambio real proviene del resultado de cientos de pequeñas decisiones: hacer dos flexiones al día, levantarse cinco minutos antes o hacer una corta llamada telefónica.

Clear llama a estas decisiones “hábitos atómicos”: tan pequeños como una partícula, pero tan poderosos como un tsunami. En este libro innovador nos revela exactamente cómo esos cambios minúsculos pueden crecer hasta llegar a cambiar nuestra carrera profesional, nuestras relaciones y todos los aspectos de nuestra vida.

También es conocido el libro de Charles Duhigg: «El poder de los hábitos». El autor presenta los descubrimientos científicos que explican por qué existen los hábitos, cómo nos condicionan y cómo cambiarlos. Según Duhigg, «la clave para hacer ejercicio con regularidad, perder peso, ser más productivo y conseguir el éxito consiste en entender el modo en que funcionan los hábitos».

Quizá, el hábito de leer (o releer) puede ser uno de los 12 que quieras incorporar este año, ya sea leyendo un número de páginas o durante un tiempo determinado cada día. Y puedes empezar, por ejemplo, con algún libro sobre el desarrollo de hábitos.

12 meses, 12 hábitos

Durante este curso me he propuesto el reto de trabajar 12 hábitos durante 12 meses siguiendo 12 reglas muy concretas. En esta ocasión todos son hábitos diarios y el objetivo no es otro que poner en práctica los 12 cada mes, siempre permitiendo cierto margen. Sin embargo, cada mes estará dedicado a un hábito concreto que deberé cumplir a diario sin excepción.

Comento a continuación las 12 reglas que planteo en el reto y que permiten definir y concretar los hábitos, así como hacer un correcto seguimiento: