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El buen hábito de escribir en un diario: la planificación y la revisión de la jornada

Tiempo de lectura: 6 minutos

Escribir es una de las actividades que más recomiendo incorporar a nuestros hábitos diarios. En general, aconsejo escribir cualquier cosa, pero en particular me refiero a dejar por escrito cada día nuestras intenciones y el desarrollo de la jornada. Quizá no sea la rutina más fácil de mantener, pero creo que es una de las que más beneficios aporta.

Cuando alguien nos recomienda escribir en un diario, probablemente pensamos en el gesto de abrir cada noche una especie de libreta de papel que dice DIARIO en su cubierta y que nos invita a anotar nuestros pensamientos o sucesos del día. Desde luego, esta una opción completamente válida y, de hecho, quizá la más tradicional, pero no la única. Por ejemplo, yo utilizo el registro diario para mejorar mi organización personal.

¿Diario en papel o en soporte digital?

Este es el eterno debate, que no debería siquiera existir. La elección entre un formato digital o una opción tradicional en papel es muy personal. Simplemente debemos elegir aquel que mejor funciona según nuestra forma de pensar, crear, planificar y decidir. Personalmente, en varias ocasiones he hecho el intento de registrar un diario en papel, pero reconozco que no he tenido demasiado éxito con ello. Utilizo libretas Moleskine y otras mucho más sencillas para anotar algunas ideas; sin embargo, no he logrado desarrollar el hábito de mantener un diario sobre papel. Quizá, tal vez, algún día.

De momento, sigo apostando por el formato digital, que ofrece una serie de funciones que el soporte papel no puede cubrir. Actualmente utilizo Day One, una aplicación que está precisamente diseñada para este propósito: mantener un diario digital. De Day One me gustan muchas cosas, pero podría destacar el hecho de que esté disponible como app en los distintos sistemas de Apple: iPhone, iPad, Watch y Mac. También existe una versión para usuarios de Android. Por tanto, una de las ventajas es la sincronización de datos entre dispositivos; podemos registrar información desde nuestro teléfono móvil y continuar más tarde desde el Mac o iPad.  Otra de las características destacables es su cuidado diseño y usabilidad. Se percibe el gusto estético del equipo que la ha diseñado y el interés que han puesto en que sea funcional y fácil de utilizar. La aplicación es bonita y eficaz; hace lo que tiene que hacer. Finalmente, cabe destacar la opción de creación de plantillas, que permite disponer, por ejemplo, de un esquema básico a partir del cual podemos iniciar nuestro registro diario.

Así es mi diario personal

Cuando registro una nueva entrada en mi diario, lo hago a partir de una plantilla que diseñé y que ya tengo preparada con un esquema básico, con una serie de secciones para completar. Por tanto, cada nueva entrada en mi diario muestra siempre los mismos seis apartados:

  1. Prioridades
  2. Tareas más importantes
  3. Hoy
  4. Hábitos diarios
  5. Preguntas para terminar el día
  6. Instantáneas

Así se muestra cada nueva entrada en la aplicación Day One en Mac. De este modo, dispongo de una pequeña guía que facilita el proceso de registro en mi diario.

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Volveremos a las cafeterías, a las bibliotecas y a las calles

Tiempo de lectura: 4 minutos

Elige una tarde cualquiera, un sillón en casa (supongo que el de siempre) y un libro. Las gotas de lluvia golpeando levemente tras el cristal de la ventana; elige también eso. Incluso una tormenta sirve de banda sonora para la historia que tenemos entre las manos. Todo esto parece una escena sacada de una película, o de un libro, pero no es la primera vez que la interpretamos en casa, ¿verdad?

O una mañana de fin de semana, entre las ocho y las diez, y no por decir, porque antes es madrugar y las once ya es un poco tarde para un desayuno. Nuestra cafetería de siempre, concurrida, también como siempre; pero no mucho. Gente conversando, pero con el volumen justo y necesario. Porque un tono más alto siempre molesta; pero el ruido es casi imprescindible en bares y cafeterías, que al fin y al cabo son lugares de encuentro, con otras personas o con uno mismo. Cafeteras echando humo, tazas y cucharillas en movimiento y otros ruidos imprecisos. Acompañados o solos, no frecuentamos las cafeterías para no encontrarnos con nadie. El silencio aquí siempre incomoda.

Y, ¿qué me decís de una tarde de estudio en una biblioteca? Un buen número de estudiantes tendrá bastante más reciente esta escena, pero seguramente todos recordamos (o al menos somos capaces de imaginar) una experiencia similar. Sentados frente a un libro, un silencio que no es silencio, que nos tensa hasta que oímos una página pasar; quizá la nuestra. Alguien cruza el pasillo buscando un libro. Un bolígrafo y un rotulador se alternan sobre la mesa de quien tenemos al lado. Y este ruido que no es ruido nos mantiene despiertos para seguir con nuestra lectura.

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Twizzle: tuitea sin procrastinar

Tiempo de lectura: 2 minutos

Twitter es una red social con más de 300 millones de usuarios activos. En ella se envían otros tantos millones de tuits al día. Y aunque la cantidad de información a la que podemos estar expuestos puede ser potencialmente alta, dependerá del número de cuentas a las que sigamos. En cualquier caso, si nos interesan decenas o cientos de usuarios, ya tenemos trabajo por delante.

Muchos de nosotros utilizamos Twitter como fuente de información. Allí leemos titulares que enlazan a noticias y artículos en blogs. En mi caso sigo a un buen número de usuarios que publican contenido que me interesa (aunque casi estoy seguro de que convendría hacer una buena revisión). Sean cuales sean las cifras, Twitter puede ser también una fuente de distracción constante. El timeline en el que aparecen todos los tuits que publican nuestros contactos puede convertirse en un pozo sin fondo. De hecho es demasiado fácil caer en la trampa del scroll infinito.

Y es que en ocasiones solo queremos acceder a nuestro perfil para tuitear algo nuevo.

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Desarrolla tus hábitos y alcanza tus objetivos con Coach.me

Tiempo de lectura: 2 minutos

En diciembre del año pasado, hace apenas unos días, propuse un reto para 2020 que consiste en trabajar 12 hábitos durante 12 meses siguiendo 12 reglas muy concretas. Y para hacer un correcto seguimiento, compartí una plantilla en la que poder ir registrando nuestro progreso. La idea es imprimir el documento para colgarlo en algún lugar visible en casa, de modo que sea un constante recordatorio para que vayamos marcando el éxito o fracaso diario con el reto. Sé que el papel no es para todos, y alguno prefieren el modo digital para ir anotando sus avances con este desafío.

Existen decenas de aplicaciones móviles para el seguimiento de objetivos y hábitos. Las hay muy sencillas y también sofisticadas. Las hay gratuitas y también de pago; y de este último tipo aparecen cada vez más con un modelo de suscripción mensual o anual para poder utilizar todas las funciones. En los últimos años he probado varias apps y, curiosamente, al final he terminado utilizando una de las primeras que empecé a usar. Se llama Coach.me, es gratuita, sencilla de utilizar y cumple con su función principal: registrar nuestros hábitos. Una opción perfecta para hacer un seguimiento del reto «12 meses, 12 hábitos».

El equipo de Coach.me sostiene que no se puede mejorar aquello que no se puede medir. Y estás son algunas de las funciones que incorpora para este propósito de registrar y cuantificar nuestro progreso con nuevos hábitos:

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Paso a paso (pero de hoy no pasa)

Tiempo de lectura: 4 minutos

«Una cosa detrás de otra», «paso a paso», «solo una cosa a la vez», «solo tengo dos manos». En algún momento de bloqueo mental todos hemos utilizado alguna de estas expresiones para reconocer que la monotarea es probablemente una de las mejores técnicas de productividad, y que, efectivamente, la multitarea está sobrevalorada.

Antes de empezar el día conviene disponer de una planificación clara y concisa. La falta de definición, concreción y previsión del trabajo que tenemos por delante, puede provocar que la jornada entre en la lista de días improductivos. Si no tomamos las decisiones correctas sobre el plan de trabajo, quizá empecemos a saltar de unas tareas a otras, sin lograr terminar ninguna de ellas. O incluso peor: quizá estemos dedicando tiempo a tareas que no eran prioritarias o que realmente no nos permiten progresar en nuestros proyectos.

El ascensor hacia el éxito está fuera de servicio. Vas a tener que usar las escaleras… un paso a la vez.

De hoy no pasa

Una práctica muy eficaz para organizar el día es «sacar» de nuestra lista de tareas aquellas que conformarán nuestra jornada. Y conviene hacerlo de forma realista, teniendo en cuenta el tiempo y energía disponibles. La idea es sencilla: se trata, como digo, de extraer las tareas más importantes (que algunos llaman TMI). Las TMI son esas tareas que sin excepción no podemos pasar por alto durante el día de hoy; son las que anotaríamos en un post-it con el título «De hoy no pasa». Y al aislarlas de nuestro sistema de organización, sea este una aplicación informática o una libreta, podemos centrar exclusivamente la atención en esa nueva pequeña colección de tareas.

Es un gesto sencillo, pero funciona. Hay quien escribe esa selección de tareas en un post-it que coloca en su nevera; otros lo registran en su aplicación de notas del teléfono móvil. De algún modo es un compromiso que adquirimos con nosotros mismos; acordamos cumplir hoy con esas tareas a las que hemos dado cierta prioridad por el motivo que sea. Además es interesante establecer una secuencia inalterable para esas tareas de hoy. Es otro pacto que podemos hacer para garantizar que completaremos todas las tareas, y que hasta que no terminemos con una no empezaremos con la siguiente.

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