Press "Enter" to skip to content

Etiqueta: objetivos

Objetivos con impacto y una varita mágica

Tiempo de lectura: 3 minutos

Con el nuevo año llegan nuevos proyectos y buenos propósitos para llevarlos a cabo. Y quienes no piensan en objetivos para el año que empieza, estoy seguro de que al menos hacen balance del año que termina. En cualquier caso, es inevitable pensar un poco en ello. Otra cuestión es que nos sentemos frente a una hoja en blanco para dejarlo por escrito.

Personalmente, en los últimos años he ido abandonando el ritual de revisión en profundidad del año que dejábamos atrás. Hacerlo es interesante, pero costoso, como lo es también planificar a conciencia los objetivos para los próximos 12 meses. Es un proceso al que dedicaba bastante tiempo y que, por supuesto, sigo recomendando. Sin embargo, en mi caso particular, fui comprobando que no tenía demasiado impacto. En cuestiones de organización personal, conviene seleccionar bien dónde invertimos el tiempo y ser consciente de la relación coste-beneficio. El exceso de organización o planificación requiere tiempo y no siempre permite avanzar (o empezar).

Como decía, con la entrada del nuevo año, es inevitable reflexionar un poco sobre lo que ha sucedido en los últimos meses. Tampoco es fácil no pensar en los meses que tenemos por delante, qué haremos y qué dejaremos de hacer. Y para ello, a mí me basta con una hoja en blanco. Este año lo hice el 2 de enero en una cafetería y solo necesité un par de columnas en una página de una pequeña libreta. Anoté en ella solo algunas palabras con proyectos, frentes abiertos, temas que son muy importantes para mí y, por qué no, una pequeña lista de deseos. En definitiva, objetivos con diferentes grados de prioridad.

Shares

La productividad ilustrada

Tiempo de lectura: 2 minutos

En ocasiones sobran las reuniones, sobra el papeleo y sobra el exceso de planificación. A veces, sobran incluso las palabras y una imagen tiene mucho más valor.

Hay muchos ilustradores que saben reflejar con una imagen cualquier idea. Sigo en redes a muchos artistas que comparten su trabajo, en especial a aquellos cuyo tema principal de inspiración es la productividad y la organización personal. Son ellos también inspiración para muchos de los artículos de este blog.

Comparto en esta ocasión una recopilación de algunas de mis ilustraciones favoritas.

Cómete el sapo primero

Elimina lo innecesario

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de PJ Milani (@milanicreative)

Shares

Somos lo que hacemos día a día: 8 claves para definir nuestros hábitos

Tiempo de lectura: 5 minutos

Enero es tiempo de muy buenas intenciones. Son populares los propósitos de Año Nuevo, esos que empezamos a dejar de cumplir el día 3. En general, el comienzo de cualquier periodo suele ser una buena excusa para proponernos el reto de empezar nuevos hábitos. Sin embargo, la frustración no suele tardar en llegar. La falta de claridad y planificación en nuestros propósitos, la rigidez y el exceso de disciplina o simplemente la (mala) elección del día para empezar, suelen provocar que abandonemos cuando apenas habíamos empezado.

Decía Aristóteles que somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Por tanto, nuestros hábitos, malos o buenos, nos definen. De ahí la importancia de hacer bien el trabajo de definir bien nuestros hábitos.

Traigo algunas reflexiones sobre los hábitos que suelo tener en cuenta cuando elaboro una lista, no de propósitos, sino de buenos hábitos que me gustaría introducir y de otros que quisiera mantener o mejorar.

1. Ten un motivo

En primer lugar, debemos tener claro el motivo. ¿Por qué queremos incorporar un nuevo hábito? ¿Realmente es recomendable? ¿Es solo una moda? La propuesta de una nueva lista de hábitos para este año debería surgir de nuestra propia reflexión, pensando bien en qué queremos mejorar. Sin embargo, es bastante habitual buscar la inspiración en alguna lista infinita de esas que circulan por Internet cada 1 de enero y tener la tentación de introducir todo lo que en ella aparece. Ante todo, moderación. Quizá esa propuesta de hábitos ajena no está hecha para nosotros.

Como ilustra esta obra de PJ Milani, ganarle la partida a algunos aspectos de la vida depende de tus hábitos.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de PJ Milani (@milanicreative)

2. Pocos y poco a poco

Es recomendable hacer una lista razonable de los hábitos que queremos introducir o de aquellos que nos gustaría seguir mejorando. En este caso, se cumple la máxima de menos es más y limitar la cantidad de nuevos hábitos evitará muchas frustraciones. Mejor empezar con unos pocos hábitos, nunca los más difíciles. Además, conviene ir incorporándolos de forma progresiva: uno nuevo cada semana, o cada mes, dependiendo del tipo de hábito.

De uno en uno, como recuerda esta ilustración de Mounika.studio.

3. El orden importa

El orden que seguimos para incorporar nuevos hábitos importa. Por eso es fundamental disponer de una lista completa de los hábitos que queremos desarrollar. Tenerlos todos a la vista nos permite planificar bien la secuencia más efectiva. Como comentaba, empezar con los más difíciles no parece una buena idea. Si queremos introducir un par al principio, podemos valorar qué dos hábitos son los más compatibles y presentarán menor dificultad a la hora de llevarlos a cabo juntos.

Shares

Cómo ahorrar tiempo (I): el teléfono móvil y las redes sociales

Tiempo de lectura: 5 minutos

Si tuviera que dar una única definición de productividad diría que ser productivo es realizar con efectividad las tareas de cualquier ámbito de responsabilidad para disponer de tiempo libre para proyectos personales y familiares. Seguramente no es la definición más canónica del término productividad, pero una explicación que no tiene en cuenta una recompensa en horas libres creo que no es una buena definición. En el último artículo de este blog daba algunas pistas sobre lo que es y lo que no es ser productivo.

Para este noble propósito, el fin a veces justifica los medios, siempre que no perjudiquen a nadie, claro está. Al menos debemos poner todo nuestro empeño (y medios) para alcanzar el objetivo último: ahorrar tiempo.

Uno de las formas de liberar tiempo para proyectos personales (como escribir este artículo) o simplemente no hacer nada y descansar (como haré luego) es tratar de ahorrar algunas horas a la semana en ciertas tareas. Hace tiempo compartí en el blog 19 trucos productivos para sacarle minutos al día, porque en realidad sí hay tiempo; solo se trata de decidir con criterio en qué lo utilizamos y también aplicar algunos sencillos trucos.

El reto de ahorrar tiempo

En los últimos años he dejado de hacer propósitos de año nuevo porque creo que cualquier momento es bueno para empezar con nuevos hábitos. En realidad, siempre hay un momento del año más adecuado que otro para empezar ciertos hábitos. El 1 de enero desde luego no lo es para muchos propósitos, ya sabemos cuáles.

Sin embargo, este año me gustaría seguir ahorrando tiempo en ciertas tareas; por aquello de ser más «productivo». En este primer artículo (porque esto tiene pinta de serie) me centro en el aspecto más tecnológico, en general el uso del teléfono móvil y en particular la participación en redes sociales y profesionales. No cabe duda de que algunas comunidades son una verdadera mina y un recurso de aprendizaje que, literalmente, no tiene precio. No solo algunos recursos tienen un valor incalculable, sino que muchos usuarios comparten su conocimiento y experiencia de forma altruista. También quiero seguir poniendo mi granito de arena en ello, con este blog y en redes. Sin embargo, en este proceso veo todavía la necesidad de mejorar algunos aspectos, sobre todo para ahorrar tiempo.

Shares

Dos pasos atrás para mirar con perspectiva

Tiempo de lectura: 2 minutos

No dejes que un mal día te distraiga de todo el progreso que has hecho hasta ahora. Esta ilustración de Liz + Mollie nos recuerda la importancia de analizar cada proceso con perspectiva, porque en muchas ocasiones, el balance final es lo que importa.

Cuando alcanzamos nuestro objetivo, la satisfacción que sentimos suele acabar difuminando aquellos días en los que no conseguimos avanzar.

Cuando completamos un proyecto de cierta envergadura, las jornadas en las que no cumplimos con las tareas, los errores puntuales que cometimos y los pasos atrás que tuvimos que dar pasan a un segundo plano. Decimos, muy acertadamente, que eran parte del aprendizaje.

No permitas que un día improductivo eche por tierra el trabajo de meses.

Necesitamos datos para poder hacer correctamente balance del progreso. Y un día no es suficiente. Además, a veces es necesario un día malo para corregir la dirección. Hacer balance es dar un paso atrás para poder mirar el problema (el proyecto) con perspectiva.

Shares